La Federación Nacional de Industrias Lácteas (Fenil) ha confirmado que el sector lácteo ha experimentado este año una subida significativa en el precio de sus productos. La subida, aseguran, se debe a un fuerte incremento de los costes de los insumos, como los de la energía y los salarios, así como a los mayores precios pagados a los ganaderos.
El aumento del coste de la energía, que depende en gran medida de la oferta y la demanda mundiales, supone un gran reto para el sector lácteo. El coste de la energía es un factor clave en la producción de productos lácteos, ya que se utiliza en los procesos de refrigeración, calefacción y producción. Además, los productores de leche también han visto aumentar el precio de los piensos y otros insumos, como consecuencia de la volatilidad del mercado mundial.
Producto alimentario básico
Fenil ha subrayado que, aunque el aumento de precios para los consumidores es significativo, su efecto en la cesta de la compra es limitado. Esto se debe al real decreto del Gobierno, que desde enero ha supuesto que la leche deje de estar sujeta a un IVA que antes era del 4%, lo que la convierte en un producto alimentario básico.
El índice de precios de consumo (IPC) publicado ayer por el Instituto Nacional de Estadística (INE) registró una variación anual del 33,1%. Esta subida, según Fenil, refleja el aumento de los costes de los insumos, que la industria láctea sólo puede repercutir parcialmente en los precios, lo que se traduce en una fuerte reducción de los márgenes de las empresas transformadoras.
Sostenibilidad y bienestar animal
Además del aumento de los costes energéticos, el sector lácteo se enfrenta a otros retos, como la necesidad de cumplir normas más estrictas de sostenibilidad y bienestar animal. Los productores lácteos tienen que invertir en nuevos equipos y tecnología para cumplir estas normas, así como en formación y educación. Todo ello supone una carga adicional para el sector y, en última instancia, para el consumidor.
Fenil ha instado al Gobierno a tomar medidas para aliviar la presión sobre el sector lácteo, proporcionando más ayuda financiera y apoyo. Creen que es la única forma de garantizar que la industria pueda seguir produciendo productos de calidad, teniendo en cuenta al mismo tiempo el efecto que la subida de precios ha tenido en los consumidores.
El Gobierno podría estudiar la posibilidad de introducir subvenciones o desgravaciones fiscales para los productores lácteos, con el fin de ayudarles a hacer frente al aumento de los costes. También podrían proporcionar asistencia para ayudar a los productores lácteos a invertir en nuevas tecnologías, con el fin de garantizar que cumplen las normas necesarias de sostenibilidad, bienestar animal y seguridad alimentaria.
En conclusión, la industria láctea ha reconocido una subida significativa del precio de sus productos, incremento que atribuyen al aumento de los costes de producción. Esto se ha traducido en una fuerte reducción de los márgenes de la industria transformadora, además de repercutir en los consumidores. Se insta al Gobierno a que proporcione más ayuda y apoyo, con el fin de aliviar la presión sobre la industria láctea y garantizar que pueda seguir produciendo productos de calidad.