El Parlamento Europeo ha dado su aprobación final a la ley sobre materias primas críticas, que tiene como objetivo fortalecer la autonomía de la Unión Europea. Esta normativa busca garantizar que, para el año 2030, la UE sea capaz de obtener el 10 % de las materias primas que consume anualmente de su propio territorio, procesar el 40 % de esa demanda y reciclar el 25 %.
La ley, que fue aprobada con 549 votos a favor, 43 en contra y 24 abstenciones, ahora debe ser formalmente respaldada por el Consejo de la UE (los países) antes de ser publicada en el Diario Oficial y entrar en vigor.
La propuesta de la Comisión Europea para esta ley de materias primas críticas se presentó en marzo de este año con el objetivo de reducir la dependencia de otras potencias, especialmente de China. La eurodiputada alemana Nicola Beer, ponente de la Eurocámara en esta normativa, destacó que esta legislación busca asegurar un suministro seguro y sostenible de materias primas en Europa.
La ley proporciona incentivos económicos y un marco empresarial más estable y seguro para proyectos de minería y reciclaje, con procedimientos de autorización más ágiles y sencillos. Además, busca aumentar la competitividad y la soberanía de la Unión, reduciendo la burocracia y fomentando la innovación en toda la cadena de valor, así como apoyando a las pequeñas y medianas empresas.
La normativa también tiene como objetivo promover la investigación, el desarrollo de materiales alternativos y métodos de extracción y producción más respetuosos con el medio ambiente.
La lista de 34 materias primas críticas, de las cuales 17 se consideran estratégicas, incluye elementos como litio, níquel, silicio, magnesio y paladio, que son esenciales para la fabricación de productos tecnológicos, desde teléfonos móviles y baterías hasta aplicaciones de defensa y paneles solares.
Actualmente, la UE depende en gran medida de terceros países, como China, Turquía, Chile y Sudáfrica, para obtener estas materias primas. El acuerdo alcanzado en noviembre entre el Parlamento y el Consejo elevó el objetivo de reciclaje al 25 % y enfatizó la necesidad de aumentar la recuperación de materias primas presentes en residuos.
En resumen, esta ley tiene como objetivo asegurar un suministro más independiente y sostenible de materias primas críticas para la Unión Europea, reduciendo su dependencia de terceros países y fomentando la innovación y la competitividad en este sector estratégico.