La Unión Europea ha dado un nuevo paso hacia la transición verde con la aprobación definitiva de 20.000 millones de euros adicionales que se destinarán a reducir la dependencia del bloque de los combustibles fósiles y acelerar la inversión en proyectos ecológicos. España, como tercer mayor beneficiario, recibirá unos 2.600 millones de estos nuevos recursos, que se sumarán a los 7.700 millones de euros en ayudas directas que le corresponden por el cómputo final del fondo de recuperación y a otros 84.000 millones en préstamos que solicitará al fondo para impulsar estas inversiones.
Los fondos podrán utilizarse para financiar actuaciones dirigidas a mejorar la eficiencia energética de edificios e infraestructuras críticas, acelerar la descarbonización de la industria, la producción de biometano e hidrógeno verde o el despliegue de renovables, o modernizar las infraestructuras energéticas. También pueden financiar medidas contra la pobreza energética, incentivar la reducción del consumo, mejorar la transmisión de energía a través de las fronteras o apoyar las infraestructuras de emisiones cero.
La UE ha dado este paso para reducir su dependencia de los combustibles fósiles, así como para garantizar un suministro energético seguro y sostenible para todos los ciudadanos. La inversión de los 20.000 millones de euros contribuirá a crear empleo, reducir las emisiones de carbono y ayudar a los países en la transición hacia un futuro energético más limpio, ecológico y sostenible.
Los fondos se asignarán a los Estados miembros teniendo en cuenta la política de cohesión, la dependencia de cada país de los combustibles fósiles y el aumento del coste de las inversiones, y cada Estado miembro deberá crear un portal público con datos sobre los 100 beneficiarios finales que reciban la mayor cantidad de fondos.
Los nuevos fondos desempeñarán un papel crucial en la transición hacia un futuro energético verde, y supondrán un gran paso hacia el objetivo de alcanzar la neutralidad de carbono en 2050. Se trata de un objetivo ambicioso, pero con los recursos adicionales y el compromiso de los Estados miembros de descarbonizar sus economías, la UE está bien encaminada para lograrlo.