El origen y situación de la leche en España es un tema muy interesante e importante de conocer, teniendo en cuenta que es la materia prima por excelencia con la cual se desarrollan y evolucionan muchísimos productos: desde una simple botella de leche fresca, que se dejaba en la puerta de casa 2-3 veces a la semana, que había que guardar en el frigorífico y caducaba a los 3 días, hasta el secado y fabricación del reemplazo lácteo materno para un bebé.
Conflicto de la leche en España: ganaderos vs. industriales
El origen de la leche se ha visto enmarcado desde siempre en una guerra sin vencedores ni vencidos: los ganaderos contra los industriales, o viceversa. David contra Goliat, dependiendo del vencedor de la última batalla. Pero en el caso que nos ocupa, los ganaderos siempre fueron los vencidos y mucho. No podemos extendernos en este punto, pero vamos a dar unas pocas pinceladas y recordar la evolución del sector y dónde hoy, tras muchos años, se encuentran unos y otros.
Desde hace muchos años, se negociaban los precios a los ganaderos en los despachos de muchas industrias, en hoteles, en asociaciones e incluso en viajes. Los ganaderos, por su parte, sólo sabían que debían trabajar 24/7 las 52 semanas que tiene el año, con el apoyo de su familia, mujeres e hijos.
Pocos industriales se arruinaron, mientras muchos ganaderos tuvieron que abandonar su explotación para darle a sus hijos un mejor futuro, y éstos así lo escogieron. Otros, sin embargo, compraron cuotas y ampliaron granjas. Los controles de precio seguían presentes, pero ya no de la misma forma y manera que antaño.
La ley de la oferta y demanda hacía mover los precios a los ganaderos y también se les condenaba cuando el industrial no podía obtener los beneficios esperados. “Claro, un ganadero es eso, un ganadero, y nosotros, los industriales, empresarios”, pensaban.
Situación actual de la leche en España
El paso de los años, un mercado tan dinámico como éste, y evolucionando como evoluciona, hace que cada vez haya menos ganaderos y más empresarios ganaderos, defendiendo sus derechos y enterándose de informaciones que antes eran tabú. Hoy saben defenderse, crean sinergias, asociaciones, grupos y son considerados a la hora de negociar, aunque también es cierto que sigue habiendo familias ganaderas, todavía olvidadas.
En los últimos meses estamos viviendo situaciones nunca antes vistas y hoy son los ganaderos los que tienen “la sartén cogida por el mango”. ¿Ha sido de manera controlada o fortuita? Pues bien, consideramos que ha sido fortuita y que las circunstancias han hecho que si hace unos meses estaban recibiendo entorno a los 34 céntimos de euro por 1 litro de leche, hoy estemos viendo incrementos de precio por encima del 35%, llegando a los 45 céntimos e incluso por encima de los 50 en algunos países europeos.
Efectivamente, son buenas noticias para los ganaderos pero ¿son suficientes estas subidas? ¿Son capaces los ganaderos de sobrevivir a esos niveles? O por el contrario, ¿necesitarán, de manera controlada, mantener esos niveles de precio cuando el mercado se relaje? ¿Cómo lo harán? Son dudas que se irán resolviendo según vaya evolucionando el mercado.
Las industrias tienen que trasladar las subidas de todo a los mercados y a la distribución, y deberemos estar atentos a un posible cambio de tendencias y consumos. Lo normal y más fácil que puede llegar a ocurrir es que un sector, el productor, que nunca ha visto los precios que recibe por su producción, pueda generar así un aumento productivo a medio plazo, y al final de la campaña (mayo-junio 2022) podamos tener un exceso de oferta, algo que se vería reflejado en mayor disponibilidad de producto. Todo ello, repito, al final de la temporada productiva en el hemisferio norte, que será en el mes de mayo.
Si todo ello se produjese de esta manera, seguramente en 2023 estemos ante un año de volver a luchas entre ganaderos e industriales y, como siempre, si no cambian las cosas y las tornas, volveremos a ver precios bajos y disponibilidad excesiva.
Un mal momento para una negociación muy necesaria
Ya sabemos que después de la tormenta viene la calma, y, en este aspecto, la calma suele ser perjudicial para los productores lácteos. Por ello, podríamos decir que en este contexto de incertidumbre y necesidad de precios elevados, no es el mejor momento para sentarse y conseguir un consenso de por vida. Algo que ni unos ni otros están haciendo y tendrá nuevamente sus consecuencias.
¿Tan difícil es trasladar una fórmula de precios de origen a consumidor final para que exista un equilibrio en todos los eslabones de la cadena?
Pues sí, la contestación es que es muy difícil. Imposible, diríamos nosotros. Si en más de 50 años no se ha conseguido, menos ahora que los industriales tienen que aguantar presiones de todo tipo. Y ¿serán los ganaderos quienes hoy, con la fuerza que tienen, puedan enfrentarse a un sector que siempre ha jugado con ellos y puedan llegar a acuerdos entre las partes?
El debate está servido y, bajo nuestro punto de vista, deberían iniciarse definitivamente conversaciones en este sentido.